lunes, 24 de octubre de 2011

Algo de cine. Labios rojos.

Labios rojos.

Categoría: 4. Cine y literatura.

Una película mexicana muy buena está terminando su presentación inicial en cines comerciales, Labios rojos (Dir. Rafael Lara). Una de sus características más atractivas y tal vez poco evidente es que los actores hacen su papel con gusto, como jugando, puedo decir que que se divirtieron haciendo la película. Esto no es una casualidad porque el elenco está conformado por actores bien experimentados, todos ellos profesionales. Por eso también se puede ver que aunque los protagonistas, Ricardo y Blanca (Silvia Navarro), podrían opacar de forma abrumadora a los demás personajes, en realidad no sucede así, todos los personajes tienen su lugar apropiado, no están pegados o fuera de lugar. El tema de la película puede ser bastante trillado y sin embargo, la historia lo lleva a uno sin sentir que ya se alargó el asunto, por decirlo así. O dicho de otro modo, la película es amena.
Puede verse como una historia completa, pero también como una serie de cuentos, en el sentido literario, en el que hay una historia con sus propios personajes, tiene un principio y un fin y deja un mensaje o moraleja. El primer cuento es el del empleado que inició su carrera en una empresa que fue envejeciendo demasiado rápido y donde el protagonista ya no cabe, entonces ocurre la sorpresiva llamada de la empresa de publicidad  Covarrubias y asociados, con un dinamismo contrastante. Ahí se abren los ojos de Ricardo (Jorge Salinas) gracias a la apertura de miras de su jefe, Luis Covarrubias (Fernando Luján): "A este mundo venimos a comer mierda ... Mucha!! Así es que, o te sirves tu plato y le haces buena cara, o la vida se encargará de embarrarte la jeta !!Bienvenido a Covarrubias y asociados!! ...
Otros cuentos tienen su inicio gracias a la intervención, casi acoso, de las amigas de Blanca, quienes la persuaden de tomar un tratamiento reafirmante de glúteos (nalgas) a base de algas, que termina con quemaduras en la piel de Blanca y tiene su culminación cuando llega Ricardo trayendo la pomada cicatrizante -ignorando la razón de ese encargo de su esposa- quien habiendo tomado un maravilloso té o infusión china, el te levanta, comienza a inspirarse para atender a Blanca quien pega un verdadero rugido de dolor después de que Ricardo le toca la piel abrasada.
En el siguiente cuento, Blanca asiste a una consulta con un brujo, quien le ofrece devolverle la felicidad perdida en su matrimonio -Casos como ese he resuelto muchos!!-. Aquí habría que resaltar la toma en que aparece Blanca parada en al banqueta con una gallina amarrada a un mecate, esperando que su amiga pase por ella al terminar su primera sesión con el brujo. La historia de este cuento termina con el brujo panzón, greñudo y toda la cosa, encuerado persiguiendo a Blanca hasta al banqueta donde apresuradamente aborda su automóvil y sale prácticamente huyendo.
En otro cuento de estos, Blanca pensando que su esposo la engaña o mejor dicho, tiene una amante, y para variar azuzada por su amigo homosexual y sus amigas, contrata a un agente privado (Jesús Ochoa) para que de manera secreta averigüe los movimientos de Ricardo. El asunto se vuelve intenso cuando Blanca es invitada por el agente y su astuto ayudante, Pérez (Jorge Zárate), para que vayan a hacer una ronda de observaciones a su esposo, lo que termina de manera, de buen gusto, exagerada con una persecución policiaca con helicóptero y patrullas, con reporteros de televisión entrevistando a los supuestos secuestradores antes de que la policía los pueda detener, por supuesto, después de que Ricardo se siente perseguido por la banda de secuestradores del periférico.
Todos estos cuentos aparecen o parecen no estar conectados unos con otros, pero hay un hilo conductor que los hilvana y esta parte recae en el amigo inseparable de Ricardo, Miguel (Guillermo Iván), quien aconseja a Ricardo tal vez con la misma malicia que lo hacen las amigas de Blanca, pero a quien le interesa más en realidad contar con un trabajo que le remunere. De esta manera, presiona a Ricardo para acercarlo a su modo de vida, pero sus ambientes fuera del trabajo chocan una y otra vez. Gracias a eso, Ricardo mantiene el equilibrio, a veces precario, en su trabajo y su familia y después de las grandes peripecias contadas como cuentos, ambos caen en la realidad y empiezan a comprender sus errores ... y fueron muy felices ... colorín colorado, a ver otra película o la misma, porque este cuento no ha terminado.

Les envío saludos.





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